lunes, 20 de octubre de 2014

Muevete por ti y para ti


José Escaich

Estaba en un curso sobre Marketing. Se celebraba su sesión de clausura, cuando el profesor comentó:

En el mundo empresarial hay tres tipos de empresas: Las que hacen que pasen las cosas, las que esperan que pasen para ver qué hacer y las que no se enteran de que han pasado las cosas..

Genial visión de una realidad vital. Porque esta máxima no solamente es aplicable a las actividades empresariales sino que se acopla perfectamente a las personas y a nuestras decisiones diarias:

¿Hacemos que pase?

¿Esperamos que pase. A ver qué pasa?.

O cuando nos demos cuenta, no nos habremos enterado y ya habrá pasado…

¡¡¡Alerta!!! No dejes que los demás guíen tu vida. No esperes a que las cosas pasen para ver qué vas a hacer, porque seguro que ya será tarde. Ponte las pilas de tu vida, desempolva la iniciativa y toma las riendas de tus decisiones.

Actuar es mejor que hablar del tema.

Ocuparse es mejor que preocuparse.

Piensa que la gente va a querer estar contigo si eres de aquel tipo de persona que enseguida convierten los problemas en planes en acción. Todo el mundo quiere estar con personas positivas que son capaces incluso de publicitar sus fiascos, de sus ideas nuevas emprendidas y falladas. Ríete de ti mismo…Pero ¡no dejes de emprender, de actuar!

Desdramatiza los errores. Si los miras desde la distancia seguro que no son tan graves…Probar, equivocarse, aprender, volver a probar…

Equivocarse es bonito. Forma parte de la vida. Es una buena opción.

Tu te has de marcar tu camino, sea cual sea el énfasis de ambición que le quieras dar. Nadie va a tener más interés que tu en vivir tu vida. En abrir nuevas ideas, nuevas experiencias,…Toma la iniciativa y no te conformes.

Adelántate y da tu un primer paso en algo, por muy mínimo que sea, por muy insignificante que sea….

Tienes mucha más calidad de vida la persona con iniciativa que transforma y juega con las oportunidades que le rodean, que la gente que renuncia a ser ella misma para vivir dentro de las limitaciones de una realidad estéril que siente que no puede alterar.

La felicidad está en nosotros mismos. Somos felices porque amamos, no porque nos amen…” Madre Teresa de Calcuta.